Esta noche mis sueños no han sido mios,
tú me mirabas y yo no entendía tu semblante:
seco, duro, acerado e hiriente;
tú me mirabas fijamente hasta que me apercibí que tu mirada,
fija, sobrepasaba este cuerpo y se clavava lejos, tan lejos como jamás...
Y si lloro porque nunca podré llegar allí donde tus ojos se posan,
también rio porque beso cada dia donde tus ojos descansan.
domingo, 1 de julio de 2007
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