lunes, 15 de junio de 2009

Nevera...

Calor.
Ya ha llegado.
Toda la gente que suspira todo el año con la llegada del verano, ¡pues hala! deseo concedido.
Mi ordenador y mi cerebro se colapsan de tantos grados de temperatura. Los pies se asemejan a peces fuera del agua suspirando por un poco de agua, se pasan el dia siguendo el camino entre cualquier parte del mundo y la nevera.
La nevera es ese ser maravilloso que el hombre creó, no al sexto dia, ni a su imagen ni semejanza, sino para complacer a las amas de casa, lustros ha, cuando los hombres de pelo en pecho ajusticiaban el vino con un porrón y el poco agua que bebían con el sufrido botijo...
La nevera es al botijo lo que el aire acondicionado al abanico: las técnicas estivales han cambiado drásticamente, pero el calor sigue presente.
Ya ha llegado.
Calor.

3 comentarios:

Mameluco dijo...

Pero el botijo, sin ser yo un enemigo del progreso y mucho menos del frigorífico, pone el agua a la temperatura ideal, cosa que con las neveras no ocurre. Y si el botijo tiene un poquito de anís Machaquito mejor que mejor.
Pero si, el calor,el bochornazo, la mierda de la calima ha regresado como todos los años, haciendo que nos derritamos un poco y los sesos se hiervan un poquillo más que de costumbre.

Ay!lo que me acuerdo de finales de octubre...

Oshimatoti dijo...

Pues mire usted que no sabía yo eso del anís... Ahora entiendo muchas cosas de antaño...

Sarashina dijo...

Yo estoy con Mameluco, aunque es poco práctico lo del botijo, para la vida moderna. En el campo lo he intentado y nadie le hacía caso al pobre botijo. Mira por dónde, este verano lo intento de nuevo, a ver qué tal sale la cosa. Yo sí sabía lo del anís, que le da un sabor muy bueno al agua, sin que te afecte al hígado.